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El desacuerdo, los problemas, el conflicto, es consustancial al ser humano, es normal.
Las estructuras de las organizaciones generan comportamientos en las personas y sinergias en la manera de afrontar los problemas y van dando forma a una cultura relacional.
Cuando estas sinergias en el modo o estilo de afrontamiento al conflicto generan actitudes evasivas, acomodadizas o también competitivas,se van creando barreras u obstáculos a la generación de opciones que ayuden a la resolución del problema.
De los diferentes conflictos que ocurren en las organizaciones o empresas, ya sean interpersonales, interdepartamentales, entre socios, directivos, de los derivados de las relaciones de la empresa con terceros, clientes, proveedores, partners…deberíamos pensar que “el problema no está en aquello que sucede, sino en lo que hacemos con lo que sucede”, es decir cómo lo gestionamos y de qué técnicas o herramientas disponemos para ello.
Comenzar a gestionar un conflicto es comprender cuál es el realmente el problema y por qué está pasando.
Para ello es muy aconsejable escuchar activamente, abrir el dialogo, preguntar para entender las necesidades e inquietudes que quizás estén provocando ese conflicto, de manera que avancemos hacia una comunicación eficaz.
Si el conflicto lo abordamos desde un enfoque estratégico, habilitándonos de técnicas y aptitudes para su gestión, abrimos nuevas oportunidades y nuevas posibilidades de integración de los diferentes intereses, venciendo obstáculos y evitando enconamientos en pro de una mejor gestión de los recursos humanos y materiales en cualquier organización o estructura compleja.
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