La importancia de la estructura organizativa
se deriva del hecho de que los recursos y capacidades de que disponga la
empresa deben ser organizados adecuadamente. La clave no se encuentra
únicamente en los recursos disponibles, sino en la manera en que la
organización sea capaz de coordinarlos facilitando el alcance de los
resultados.
La clave para lograr
una ventaja competitiva se basa en una combinación óptima de recursos y
capacidades, que esté orientada hacia la estrategia que persigue la empresa. Quien
permite optimizar estos recursos y capacidades, es precisamente una buena
organización.
Podremos identificar una buena organización, si
comprobamos que tiene capacidad para
manejar adecuadamente aspectos de la estructura como sistemas y canales de
comunicación formal, sistemas de planificación formal e informal, sistemas de
coordinación y control, y relaciones informales entre grupos, ya sea entre el
personal interno de la compañía o entre éstos y otros grupos de su entorno. Todos
estos aspectos organizativos, pueden ser fuente de conflicto dentro de la
empresa, de aquí la importancia de su funcionamiento puesto que se pueden generar
tanto efectos positivos o negativos según se afronte.
La
dirección tiene la misión de que las situaciones que se generan al establecer
un sistema organizativo, se transformen en resultados positivos, tomando
medidas como favorecer la participación proactiva de los trabajadores en las
decisiones de la empresa a través de la descentralización del proceso de toma
de decisiones y promover espacios de trabajo en el que cada individuo pueda
hacer uso de su especialización y, al mismo tiempo, beneficiarse de la de sus
compañeros, como resultado de la interacción entre diferentes departamentos y
niveles jerárquicos. Asimismo, es definir los aspectos básicos de los puestos
de trabajo y procesos principales, pero que, al mismo tiempo, deje la necesaria
flexibilidad a los miembros de la organización en su desempeño, para poder
adaptarse a las circunstancias cambiantes del entorno.
Este trabajo de compaginar recursos,
capacidades y equipos humanos, sometido además a la presión de cumplir con los
objetivos estratégicos, precisa en muchos casos de la intervención de la figura
del mediador que aplicando las herramientas necesarias para la gestión de los
conflictos, que de forma ineludible se van a producir, facilita que los
componentes de las diferentes áreas de la empresa, resuelvan sus diferencias y
logren optimizar la estructura organizativa
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