martes, 21 de octubre de 2014

EL RECELO A DELEGAR, PUEDE FRENAR LA COMPETITIVIDAD DE LA EMPRESA.

Nos encontramos  con que algunos  gerentes o directores de empresa se encuentran con dificultades en los casos en que sus colaboradores de confianza muestran  excesivo recelo a delegar por desconfianza en el trabajo del resto de los empleados, aquellos que actúan y piensan: “Sin mí no lo pueden hacer”. Esto requiere por su parte una excesiva dedicación y se convierte en un problema y fuente de conflicto en la empresa.
En estos casos los gerentes acuden a nosotros porque detectan que tienen un problema organizativo, de gestión del personal y detectan que estas dificultadles pueden amenazar a su competitividad.
Normalmente, desde el origen han contando  con la confianza de un especial colaborador en el que han apoyado en ocasiones ciertas parcelas de inexperiencia  poniendo  en sus manos la  organización de la empresa, pero ¿qué ocurre cuando este colaborador que trabaja eficazmente y con buenos resultados, tiende a sustituir a sus colegas, a su juicio, menos eficaces?
En estos casos nuestra intervención para ayudarles a resolver los problemas que presentan y gestionar mejor, se dirige a encuentros y  reuniones formativas, dirigidas a todas las partes implicadas:
Con el gerente, trasmitiéndole  que la forma de  presentar el encuentro formativo que tendremos con el personal ha de ser motivadora y con complicidad, (hablar desde el yo y comunicar  la necesidad de ayuda externa para trabajar mejor) y la conveniencia de proseguir la formación para  mejorar  sus propias habilidades de relación y pueda llevar un procedimiento de evaluación y seguimiento de los resultados obtenidos por los empleados tras en su caso los cambios organizativos realizados.
Con el colaborador de confianza, nuestra intervención se dirige a  reducir su excesiva implicación y la  ansiedad que ello le provoca. Le trasmitimos  que entendemos que su posición no es fácil, que lo que realiza de forma tan eficaz debe suponerle un gran sacrificio, y que comprendemos las dificultades por las que está pasando. Abriendo el dialogo, esta persona es capaz  de reconocer la angustia que esta actitud de desconfianza hacia los empleados, le causa , su cansancio y su necesidad de que las cosas  sean de otra manera. Entonces puede reconocer que una vía es dejar  a los demás que se equivoquen de vez en cuando.
Con los empleados, hablamos de sus funciones , de  que creemos  que su trabajo es importante y de su gran aportación  a la empresa. Nuestras intervenciones formativas tendrán como objetivo que  ellos mismos se den cuenta  de sus errores y despertar su curiosidad  sobre que a través de determinadas técnicas pueden trabajar mejor y ser más eficaces.
Basándonos en el pensamiento de Pascal, “se persuade uno mejor, habitualmente, con las razones que halla por sí mismo, que con las que provienen de otros espíritus”.
De este modo conseguimos pasar  en las empresas de sistemas de ayuda que no ayudan, a otros en los que la ayuda, no solo ayuda, sino que mejoran al que ayuda y colabora.

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