jueves, 16 de octubre de 2014

EL ÉXITO DE LAS ORGANIZACIONES DEPENDE DE LA MOTIVACIÓN DE SUS COMPONENTES

Todos los estudios realizados nos indican que la motivación laboral es uno de los principales factores que inciden en la productividad de los trabajadores. Invertir en generar una adecuada cultura y clima laboral, motivar a los trabajadores y establecer políticas de conciliación de la vida familiar y laboral será en el futuro una de las principales vías de aumento de la productividad empresarial. Sin estas herramientas no podremos ser competitivos en el mundo actual, y que una vez implementadas y desarrolladas correctamente conducen inevitablemente a un mayor beneficio empresarial.

Podemos tener bien establecidos los objetivos de la empresa, la visión futura de hasta donde queremos llegar y hasta el modo de hacerlo pero sin la implicación, la motivación y la participación activa de sus trabajadores, la comunicación clara y eficaz con ellos, la capacidad de escucharles y el manejo constructivo de sus conflictos, no es posible el éxito

Desde mediados del siglo pasado, se ha estudiado que la calidad de las relaciones dentro de una organización, determinan la motivación del trabajador, el absentismo, las relaciones con superiores y subordinados, en definitiva la productividad y el éxito del proyecto emprendedor.

Esta calidad en las relaciones dependen del estilo y estrategia que las organizaciones emplean a la hora de enfrentarse a los conflictos. Las personas tienen sus propios estilos de afrontar los conflictos, pero dependen de la situación y de la estructura donde desarrollan su actividad.

La consecución de un clima laboral óptimo, no sólo reducirá y resolverá los conflictos, sino que también facilitará la asunción de los objetivos empresariales por parte de los trabajadores consiguiendo así una identificación completa que genere buena imagen de cara al exterior y al interior de la organización y permita mejorar el rendimiento laboral de todos los agentes de la empresa 

La gestión exitosa de conflictos se traduce en una mayor productividad y en relaciones de trabajo positivas. Cuando se gestionan apropiadamente, las diferencias de opinión pueden conducir a una mayor creatividad y una mejor toma de decisiones.


Por tanto hay mayor motivación de los componentes de una empresa, cuando existe un buen clima de trabajo, el cual se consigue si los conflictos que se generan de forma habitual, como en cualquier organización, se gestionan de forma adecuada, gracias a que los miembros de los equipos reciben la formación adecuada en habilidades y comportamientos para su gestión.

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