miércoles, 17 de septiembre de 2014

LA GESTIÓN DE LOS CONFLICTOS GENERADOS POR LA CRISIS



La crisis económica ha traspasado la presión y tensiones a los órganos de muchas empresas y organizaciones, elevando el número de conflictos dentro de las mismas. En consecuencia, esto está afectando negativamente a los resultados obtenidos y a la imagen corporativa que se ofrece al exterior.

Cuando el conflicto es entendido solamente como una amenaza o un evento natural, nos bloquea y nos deja sin posibilidad de cambiar las cosas. “Cambia la percepción de las cosas y cambiarás la realidad”. En este sentido se trata de modificar y  replantear la comprensión del conflicto, como primera etapa en la resolución del mismo.

Independientemente del origen, en los conflictos internos los principales enemigos son las reacciones negativas y el pánico, debido a ello se recomienda empezar por abordar las malas noticias desde una perspectiva favorable a la compañía.

Se trata por tanto de enfocar estos contextos evitando que el conflicto vaya a más, minimizando su impacto y aprendiendo de el,  para poder prever futuros conflictos antes de tiempo. Para lograrlo hay que empezar por reconocerlas y no ignorándolas hasta que sea demasiado tarde.

La capacidad de afrontar los conflictos que  nos genera la crisis determinará la posible capacidad de generar opciones que promuevan acciones productivas, que nos orienten hacia alternativas y nuevas posibilidades.

Las personas frente a los conflictos y las crisis están desorientadas, les resulta difícil reconocerse a sí mismos como parte activa, protagonistas de la construcción de posibilidades de solución. En otras ocasiones, si bien los participantes toman una posición activa frente al conflicto, no se orientan en el rumbo adecuado: se involucran pero jerarquizan aspectos parciales del conflicto, y pero pueden desviarse de los aspectos importantes del conflicto o de las circunstancias.


Una formación adecuada en la utilización de las herramientas necesarias para gestión de conflictos, permitirá un manejo del tiempo y de la intensidad con que se deben trabajar las soluciones encontradas para la solución del conflicto y de la crisis. El hecho de  trabajar en un entorno de crisis, no debe hacernos olvidar que  el conflicto obliga a que las personas se tengan que enfrentar a sus dificultades, brindándoles la oportunidad de que  en la búsqueda de soluciones, se pueden generar cambios positivos no solo estructurales, sino también de orden personal.

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