martes, 23 de septiembre de 2014

COMO DESATASCAR UN CONFLICTO EN LA EMPRESA

Cuando los protagonistas de una disputa empiezan a ser conscientes de que el conflicto ha alcanzado un límite intolerable, que está deteriorando de forma significativa el funcionamiento de la empresa, y/o está generando unos costes inaceptables, se plantean que es deseable que termine lo antes posible, pero se enfrentan a un dilema complicado. ¿Qué hacer para salir del estancamiento y dar solución a la situación?

En su ensayo sobre resolución de conflictos, Ramón Alzate reflexiona sobre la situación en que se encuentran las partes, una vez que el conflicto ha escalado y se encuentra en una situación de estancamiento. Las partes son conscientes de que con sus propias fuerzas no han sido capaces de conseguir sus objetivos y por otra parte han invertido demasiado en el conflicto como para dejarlo así. ¿Cederemos y perderemos todo quedando humillados y perdiendo la cara?, o ¿abandonamos, que es como capitular?
Precisamente cuando se llega a este punto, las partes se encuentran en condiciones adecuadas de empezar a buscar salidas a la situación. Todos son conscientes de que hay que empezar a buscar soluciones, y además de que esas soluciones dependen del acuerdo de ambas partes, es decir son interdependientes.

Para empezar a desbloquear la salida del conflicto, parece obvio que lo primero que deben intentar es mejorar el clima en los contactos y la comunicación entre las partes, que seguro se han deteriorado en el proceso. Pero hay que reconocer que en un conflicto intenso, la comunicación entre las partes no es fácil, por lo que hay que emplearse a fondo, utilizando habilidades de comunicación, como la escucha activa. Una buena formación en estas habilidades, puede facilitar en muchos casos la gestión de conflictos que no tienen porqué escalar.

Por otro lado, si vemos que no hay forma de que ninguna de las partes de el primer paso hacia el desbloqueo de la situación, podemos aplicar lo que Rubin denomina “construcción de momentos”. Dentro de un conflicto del tipo empresarial, siempre se juntan gran número de problemas, se trata de seleccionar aquellos que sean menos importantes o sensibles, en definitiva que sean más manejables, e intentar trabajar sobre ellos, de tal forma que las pequeñas concesiones que se puedan dar en el proceso de su resolución puedan desatascar la situación. Cuanto más pequeño sea el problema a tratar, y menores las concesiones necesarias, mejor, más sencillo será el avance, porque en definitiva de lo que se trata, es que las partes hagan concesiones y se sientan comprometidas.

¿Pero que hacemos si a pesar de todos los intentos, la otra parte no quiere entrar en razones? Se podría emplear lo que Osgood llama “iniciativas conciliatorias”, que viene a ser que los que estemos dispuestos a resolver el conflicto, tomemos iniciativas unilaterales en un esfuerzo por reducir la tensión de forma controlada. Es importante para que tenga efecto esta medida, que las iniciativas se anuncien, se expliquen, y se invite a la otra parte a que actúe de forma recíproca. Estas iniciativas han de ser claras y verificables, y deben perseguir crear un clima de cooperación, de tal forma que si la otra parte no corresponde, o se quiere aprovechar unilateralmente de nuestras iniciativas, debemos mantener una cierta capacidad de desquite. Las iniciativas irán avanzando a medida que se crea un espacio de cooperación.


Puede ocurrir, que las partes en conflicto carezcan de la creatividad, imaginación o experiencia necesaria para dar salida al desencuentro, incluso en ocasiones no porque no quieran, sino porque no saben como hacerlo. En estos casos es necesaria la intervención de una tercera persona especialista en mediación que intervenga y les ayude en el proceso de resolución del problema y facilitando la consecución de un acuerdo.

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