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Una parte imprescindible de la resolución de un conflicto en
una organización, es el apretón de manos
que significa que se ha llegado a un acuerdo, el cual para que sea eficaz debe
cumplir una serie de requisitos.
Un primer síntoma de que se ha alcanzado un
buen acuerdo, es que se mantendrá en el transcurso del tiempo que lleva su
formalización. Si cuando llega el momento de la firma, las partes de la
organización no han sido capaces de mantener el acuerdo, es que no era
suficientemente bueno.
Llegar a un final feliz en la gestión del
conflicto, requiere conocer cuando se debe cerrar y como hacerlo. Un error
muy habitual es minimizar la importancia
de las diferencias finales. Hay un momento en que las propuestas y
contrapropuestas están muy próximas, pero no debemos precipitarnos.
Llegados a
este punto es necesario comprobar que las soluciones son realistas y aceptables, es
decir que son operativas. Para lo cual debemos realizar una evaluación de sus
ventajas e inconvenientes, así como las dificultades que pueda entrañar llevar
a término las distintas opciones.
Otro aspecto importante en el acuerdo, es
determinar y dejar constancia por
escrito, de quien hace qué, cuándo, cómo y dónde. No dejar claros estos
aspectos puede ser una fuente importante de futuros conflictos. Hay que
detallar al máximo el alcance de los acuerdos, y en la medida de lo posible
confirmar que las partes han comprendido perfectamente el contenido, dejando claro
a cada una de las partes, las condiciones en las que se va a desarrollar el
acuerdo, tanto en sus términos como en su ejecución.
Pero tan importante como llegar al acuerdo es
establecer los criterios de seguimiento y evaluación. Hay que establecer fuentes
de verificación, es decir, instrumentos que permitan corroborar el cumplimiento
de los compromisos. ¿Que sucederá si por algún motivo no pueden satisfacerse
todas las disposiciones del acuerdo? ¿Qué cláusulas sobre imprevistos hay
referidas a los incumplimientos, la ausencia de vigor de los plazos o los
problemas causados por una parte que no estuvo en la resolución del conflicto?
Estas preguntas deben estar previstas en los términos
del acuerdo, de tal forma que se evite reabrir el conflicto, por cuestiones de
menor relevancia. Todas estas cuestiones fundamentales para desarrollar un buen
acuerdo, exigen formación y entrenamiento en herramientas que faciliten su elaboración.
La calidad de un acuerdo se comprueba en el tiempo, cuando las partes de la
organización implicadas en conflicto lo
cumplen de una forma satisfactoria.
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