lunes, 16 de enero de 2017

EL PAPEL DE LA MEDIACIÓN EN LA EMPRESA FAMILIAR

Frecuentemente nos encontramos en la empresa familiar con estas paradojas y confusión de roles: ¿es el fundador/a o su mujer/ marido, el presidente?, es hija/o del fundador/a el gerente? Por otra parte, también es habitual encontrarnos con cuestiones como ¿pueden los consortes de los socios trabajar en la empresa familiar? ¿cómo accederán las sucesivas generaciones a la empresa? ¿que se espera de todos ellos?
La familia empresaria se ve abocada a resolver estas y otras muchas cuestiones, en definitiva, a definir unas “reglas de juego consensuadas”, roles de los miembros familiares que trabajen en la empresa, su funcionamiento en la empresa, otros miembros no familiares, conjugando necesidades e intereses personales y empresariales en pro de la continuidad y fortalecimiento de la propiedad.

El protocolo permite dejar en claro, anticipadamente, qué lugar van a ocupar los miembros de la familia dentro del sistema formado por familia – empresa, en donde se debe analizar a la familia desde diversos alcances: familia nuclear, extensa, política y siguientes generaciones; y, por otro lado, la empresa deberá contemplar la visión de la propiedad, dirección, gerencia, organización y gestión.

Sin duda, el protocolo familiar no es una receta mágica que convierte instantáneamente a la empresa familiar en una familia empresaria, y no debemos caer en la tentación, porque no sirve, copiar la redacción una empresa amiga o una que hayamos encontrado en internet, pues justamente la importancia del documento radica en la profundidad de las conversaciones y en la capacidad de lograr acuerdos que incluyan a todos los miembros de la familia en cuestión.

Tampoco el acuerdo puede ser resultado de una imposición o consecuencia de un voto por mayoría, más bien debe ser producto de los consensos alcanzados al redactar cada cláusula, evitando perdedores o ganadores. Todos los componentes de la familia empresaria deben tener la oportunidad de expresar lo que piensan y lo que sienten, con apertura y flexibilidad, llevando para ello el tiempo que sea necesario en cada caso. Pero es fundamental que el protocolo sea redactado a la medida de cada familia empresaria, respetando los valores y principios que han venido rigiendo la actuación de sus miembros

En este proceso de puesta en común, como hemos dicho se debe buscar el consenso, por lo que en algunos casos habrá que resolver los posibles desacuerdos que existan en determinados puntos y que de forma natural van a generar situaciones de cierta tensión, en que las relaciones personales se pueden ver afectadas. En muchas ocasiones la comunicación entre los miembros de la familia, no es la más deseable, las posiciones se encuentran demasiado desequilibradas, existen vicios de funcionamiento adquiridos, etc.

Para poder confeccionar este traje a medida con una visión “win-win”, la figura del mediador profesional especialista en temas de empresas familiares va a ser fundamental, ya que va a facilitar gracias a sus conocimientos técnicos y habilidades, que el proceso de elaboración de las reglas se consiga, sin separase de las normas del respeto y consenso.

Como decíamos antes, modelos de protocolo familiar se pueden conseguir acudiendo a nuestro círculo de conocidos o simplemente a través de internet, sin embargo, lo importante para que sean viables, es que sean fruto de las inquietudes y necesidades de los componentes de la familia empresaria, para lo cual es necesario atender los múltiples intereses que puedan subyacer en la empresa o/y en las personas, trabajando en un marco que mantenga las relaciones personales de la familia empresaria, para la cual la mediación ofrece las claves para el éxito de un protocolo de empresa familiar.

Maria Luisa Sanz & Jorge Miralles
Socios en Acordia Mediación
#miempresaAcuerda

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