viernes, 1 de mayo de 2015

¿DÓNDE EMPIEZA LA RESPONSABILIDAD SOCIAL DE LAS EMPRESAS?

Las empresas y organizaciones promueven en sus RSE un  Código de Conducta  y Buenas Prácticas,   haciéndose extensivo a todos los grupos de interés. Constituyen un marco ético de referencia como guía de la  conducta empresarial y del proceso de toma de decisiones.
Si bien es cierto que la empresa  puede ser definida como un conjunto de actividades humanas organizadas con el fin de producir bienes o servicios  tendientes a satisfacer una serie de necesidades.
¿En qué grupo de interés  comienza la RSE? ¿Cuáles serían las actividades humanas por las que tendríamos que comenzar? ¿De dentro hacia fuera para poder proyectar?


Algunas materias contempladas como pilares de sostenibilidad de la RSE son  la Gestión y Prevención de los Riesgos Laborales. Es conveniente prestar gran atención al apartado de los riesgos psicosociales y los daños a la salud derivados de los mismos, así como su interacción  con otros riesgos laborales.

Los «riesgos psicosociales en el trabajo» se han definido por la Agencia Europea de Seguridad y Salud en el Trabajo como «aquellos aspectos del diseño, organización y dirección del trabajo y de su entorno social que pueden causar daños psíquicos, sociales o físicos en la salud de los trabajadores, se utiliza respecto a las interacciones entre los trabajadores y la organización de la empresa y su entorno social, bien sea de las relaciones con los compañeros de trabajo o de las relaciones con otras personas de fuera como clientes o usuarios del servicio”
En este tipo de riesgos se contemplan: el estrés laboral, la fatiga derivada de la ordenación del tiempo en el trabajo así como el acoso en diversos ámbitos.

 Las compañías ponen en marcha   protocolos de actuación confidenciales de resolución  para afrontar estas situaciones una vez aparecen y son denunciadas, y ¿ se  llega a la fuente o raíz del conflicto u origen que provoca dicha situación de estrés laboral o fatiga ?. Si no se acaba de solucionar ni tampoco se está adoptando ninguna medida preventiva para tratar de que estas situaciones no se vuelvan a producir o en caso de reaparecer se cuente con la experiencia para su mejor gestión y solución, ¿son eficaces?

En el contexto empresarial, el conflicto, el desacuerdo, tiene generalmente una connotación  negativa, de ahí que cuando se vislumbra algún factor de riesgo, se le da un carácter evitativo y aislado.

Las organizaciones, las  empresas son una comunidad un conjunto de individuos, de actividades humanas que interactúan y  acuerdan comportarse de un modo organizado en pro de satisfacer sus diferentes necesidades.  
En ocasiones es fácil ver cómo las personas de una organización se acaban comportando de igual forma ante los conflictos por aquello de la cultura organizacional o empresarial. Las relaciones estructurales crean tendencias para que ciertas conductas se instalen, validen y perpetúen, conformando esa cultura organizacional.

De los conflictos que ocurren en una empresa interpersonales, interdepartamentales, entre socios, directivos o miembros del consejo de administración, y de los derivados de las relaciones de la empresa  con terceros, clientes, proveedores, partners…deberíamos pensar que “el problema no está en aquello que sucede, sino en lo que hacemos con lo que sucede”, es decir cómo lo gestionamos y de que técnicas disponemos para ello.

Los conflictos cuestan dinero a las empresas – bajas por estrés laboral, despidos y nuevas selecciones, pérdida de clientes por inadecuada o insuficiente atención, ineficacia por falta o error de comunicación y de no resolverlos pueden suponer para la empresa: pérdida de talentos, romper alianzas o  compromisos, publicidad negativa.. y en ocasiones su desaparición.

El conflicto puede ser mejor gestionado desde un enfoque estratégico, abriendo nuevas oportunidades y nuevas posibilidades de integración de los diferentes intereses, en pro del ambiente laboral y de la productividad, alcanzando las empresas un nivel de trabajo en alta performance.

Transformar los límites en recursos y conseguir llegar a acuerdos a través de procesos de descubrimiento conjunto entre las partes, supone el dominio de técnicas avanzadas de comunicación que se adquieren con el adecuado entrenamiento.

Cuando las empresas  hacen referencia a que  los pilares básicos que rigen su Responsabilidad Social Empresarial son el compromiso con el cliente y el buen ambiente trabajo,  ahora  tienen más oportunidades para servir de referencia, contemplando una potente herramienta de gestión incorporando Programas de  Gestión positiva de conflictos, para la mejora del comportamiento de la organización.
Una política empresarial que fomente el uso de Sistemas de resolución de desacuerdos  como instrumento habitual en la resolución de lso conflictos, beneficia a  su entorno interno y externo.

La Responsabilidad Social Empresarial como administración del modo de convivir de un conjunto de personas, debe hacer ver a los equipos directivos de empresas y organizaciones, que tienen una responsabilidad por el nivel de conflictos que existan en su propia organización, así como  en su forma de gestionarlos.

La experiencia confirma que las empresas que emplean  la mediación y sus técnicas en la resolución de conflictos,  han conseguido ahorrar costes directos e indirectos, con la consiguiente mejora de su productividad y competitividad.

Brackett Denniston, GE’s General Counsel:
“I am here to provide something like personal testimony. I am here to tell you that mediation plays a vital role in the success and growth of the General Electric Company, and that we view the expansion of mediation in Singapore and across Asia as a commercial imperative for our continued success in the region and globally.


Maria Luisa Sanz
Socia directora de Acordia mediación 
www.acordiamediacion.es
info@acordiamedicion.es

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