Se calcula que el 80% de los emprendedores fracasan
en los tres primeros años y que solo la mitad de los
sobrevivientes sigue en pie después de los cinco años. Pocos procesos de aprendizaje son
tan intensivos como a los que se enfrentan los emprendedores en
el primer año de su start-up.
Una de las razones fundamentales que
provocan el fracaso de los nuevos proyectos emprendedores, está motivado en la dificultad de superar los conflictos generados
por una mala relación entre los miembros
de la organización. Si en toda empresa es importante mantener un buen tono
entre todos sus miembros, para una start-up, que está dando sus primeros pasos,
es fundamental.
Las relaciones humanas en el lugar de
trabajo son una parte importante de lo que hace que un negocio funcione. Los empleados tienen
que trabajar juntos en proyectos, comunicar ideas y establecer redes de relaciones cooperativas que generen valor
añadido.
Las
relaciones humanas son el principal activo estratégico de
cualquier organización, seguido por el conocimiento, por las actitudes y
habilidades para la cooperación entre las personas. Cuando se consigue que las
relaciones interpersonales funcionen cooperativamente, bajo enfoques de ganar /
ganar, se generan ventajas competitivas que caracterizan a las empresas
excelentes. Por ello, las organizaciones, los directivos y todas aquellas
personas que realizan algún tipo de actividad profesional, deben dar a las
relaciones humanas la relevancia que estas tienen y realizar un esfuerzo
metodológico y estructurado por desarrollarlas y mantenerlas.
Por tanto gestionar adecuadamente los
conflictos que las relaciones interpersonales generan de forma habitual en
cualquier ámbito y también en el de la microempresa, ya no es una cuestión de
actitud, sino que se trata de un asunto
de supervivencia.
Queramos o no, todos los días nos relacionamos con muchas
personas que ocupan diferentes puestos en el mundo empresarial, con los cuales
surgirán en ocasiones desacuerdos y
diferencias, las cuales debemos evitar que lleguen a ser conflictivas, por
tanto cuanto mejor lo hagamos mayores probabilidades tendremos de triunfar
personal y profesionalmente.
Las empresas con directivos y colaboradores que
realizan un esfuerzo de formación en la
gestión de los conflictos, consiguen mejorar sus relaciones interpersonales y tienen
más posibilidades de alcanzar mejores resultados. Se trata de
convertir las relaciones profesionales
en un activo estratégico para las personas y las organizaciones.
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