En la etapa inicial de una microempresa
existe un alto grado de ilusión, empuje y ganas de sacar adelante la empresa. En
este ambiente de optimismo no se suele prever situaciones difíciles que el día
a día empresarial va a traer, ni se plantean de forma previa, como resolver
estas situaciones y como actuaran los socios ante unas determinadas
circunstancias.
Una herramienta que ayuda a prevenir los previsibles conflictos
que se van a generar con la actividad de la empresa, es el “Pacto de Socios”, documento privado que suscriben voluntariamente
todos los socios de un proyecto con el objetivo de regular sus relaciones, sus
obligaciones y derechos, así como el funcionamiento de una Sociedad. En definitiva, la esencia de
un Pacto de Socios es dejar claras
las reglas del juego y, obviamente, la mejor forma de hacer esto es hablar,
negociar y llegar a acuerdos que se plasmarán por escrito en un documento
vinculante para todas las partes.
Es preferible redactar el Pacto de Socios al comienzo de la
actividad, pero en el caso que no se haya realizado, es recomendable en
cualquier momento de la vida de la empresa de tal manera que nos anticipemos en
lo posible a situaciones y problemas que pueden surgir y que puedan poner en
riesgo la continuidad del proyecto.
El contenido de un Pacto de Socios dependerá de la
situación o circunstancias particulares de cada proyecto o Empresa, pudiendo
abarcar una serie de aspectos muy amplios que debe incluir entre otras cuestiones,
la forma de administrar la empresa, la composición de los órganos de dirección,
la remuneraciones de los socios administradores, la política de dividendos, la
toma de decisiones estratégicas, preveer la
situación cuando un socio abandona el proyecto, regular las aportaciones de cada socio en
tiempo, y dinero, resolver las situaciones de crisis, etc.
Para elaborar un Pacto de Socios viable, es recomendable que los socios dediquen
tiempo al mismo y que cuenten con un profesional ajeno a la empresa,
independiente y neutral que facilite la comunicación entre ellos, que les permita
articular de forma adecuada el máximo de necesidades propias de la
microempresa, ya sea en la puesta en marcha del proyecto, o en otro momento de
funcionamiento.
Pero el hecho de suscribir un Pacto de Socios, no garantiza que no
puedan surgir problemas en su aplicación
o en otras nuevas situaciones que se vayan a presentar, por ello es importante incluir
en dicho pacto una cláusula para la resolución de los desacuerdos que evite
recurrir a la vía judicial, que es utilizando la vía de la “mediación”.
Para estas situaciones en las que no
se consigue llegar a un acuerdo, una figura neutral como la de los mediadores profesionales ayudará
a que las partes encuentren soluciones a las diferencias en las distintas áreas
de conflicto para que no peligre la viabilidad de la empresa, dentro de un
marco de negociación en el que
las partes no pierden el control de sus intereses.
Es de destacar también aquí, que en
interés de la continuidad de la empresa, la mediación permite llevar el
proceso con la máxima discreción para no generar incertidumbre entre
proveedores y clientes debido al principio de confidencialidad, es un proceso
rápido en comparación con la vía judicial, y evita el deterioro de las
relaciones entre los socios, fundamental para el desarrollo futuro del
proyecto.
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