sábado, 15 de agosto de 2020

MEDIACIÓN EN LOS CONFLICTOS GENERACIONALES DE LA EMPRESA FAMILIAR

Artículo publicado en "Legado e Familia"

En la empresa familiar, uno de los mayores retos es dar cabida a la savia nueva sin que esta situación se convierta en un impacto de trenes a toda velocidad.


Es importante reconocer que la creación de una empresa que surge de la iniciativa de los miembros de una familia, está influenciada por el perfil del emprendedor que lo funda. Sus tradiciones y prácticas, determinan un estilo de gestión, incluida una cultura. Cada generación representa una serie de patrones de comportamiento, actitudes, normas y valores, con sus necesidades particulares. La dificultad es combinar las necesidades respectivas, evitando la tensión entre ellas.

Los conflictos originados por las barreras generacionales, cuando surgen, dificultan la comprensión del comportamiento de los demás. La comunicación, vital en todas las situaciones interpersonales, es aún más importante cuando existe una relación entre las diferentes generaciones. Las diferentes formas de entender la marcha de la empresa es lo que genera el conflicto. Al mismo tiempo, estas diferentes formas de concebir propuestas y soluciones dan lugar a malentendidos, la falta de comprensión entre los miembros de la familia (y la empresa) mezclan razón y la emoción. La comunicación es la única forma de lograr objetivos, construir relaciones y resolver disputas.

La mediación se revela como una herramienta útil en el negocio familiar, para trabajar con las diferencias que han surgido, porque los mediadores no nos basamos en  determinar quién tiene razón o quién se ha equivocado, sino en encontrar una solución que satisfaga a las partes. Nos encontramos con una delgada línea que separa el sistema familiar del sistema organizacional, pero en los dos sistemas –familia- empresa– los intereses se basan en las emociones, en los principios de lealtad, igualdad, ayuda y cuidado de sus miembros. Los conflictos en las empresas familiares, se les considera una amenaza contra la armonía familiar; para mantener la unidad, generalmente los miembros de la familia empresaria buscan alternativas para que no se desarrollen y mucho menos salgan a la luz las disputas, se evita así la expresión abierta de los sentimientos y pensamientos.

Parte de los conflictos generacionales provienen de un problema de reconocimiento tanto de padres como de hijos. Los padres esperan ser reconocidos por su experiencia, su tiempo, sus logros y beneficios dados a sus hijos, mientras que los hijos esperan ser reconocidos por sus habilidades, su capacitación, su disposición y compromiso para la continuidad del negocio. Es necesario que los hijos acepten el desafío de superar las “pruebas” de competencia y mérito; mientras que los padres se enfrentan a “pruebas” de confianza y reconocimiento.

Sin embargo, las relaciones intergeneracionales suelen estar basadas en procesos de comunicación que no facilitan la expresión real de sentimientos, emociones, deseos o expectativas, y enmascaran una serie de no conformidades, ambivalencias e incertidumbres que abiertamente no salen al descubierto. Desde la mediación, podemos lograr un nivel de reconocimiento mutuo que nos permita abordar una solución a los desacuerdos.

Por lo tanto, puesto que no se trata de un problema técnico, sino un problema relacionado con valores, expectativas y opiniones en el contexto de las relaciones subjetivas, a través de la mediación analizamos cómo se establecen las relaciones y conflictos entre las diferentes generaciones de la empresa familiar, identificando estrategias que no son evidentes, y que por lo común permanecen inconscientes.

Según hemos visto, podemos resumir algunos factores que explican los conflictos intergeneracionales:

  •  Los roles de cada grupo de generación son claros en cada espacio; sin embargo, no es fácil identificar claramente dónde termina y empieza cada uno, pues no están asociados únicamente con la empresa o la familia.
  • Con frecuencia los representantes de la primera generación pretenden que sus herederos asuman la gestión de la empresa de la misma forma que ellos lo hacen, lo que hace que la individualidad sea más difícil.
  • Cuando existe una tendencia a mantener un culto a la figura del fundador, sus valores y prácticas de gestión, dificulta que otras generaciones actúen de manera diferente o puedan introducir cambios en la empresa que satisfagan las nuevas circunstancias del mundo empresarial.

A menudo nos preguntan en que momento del conflicto generacional, nuestra intervención como mediadores podría implementarse, y nuestra recomendación siempre es: en cuanto aparezcan los primeros síntomas de un conflicto, y se compruebe que se está enquistando y sube la tensión. Es preferible, cuanto antes, evitar que el conflicto se extienda entre todos los miembros y afecte la relación familiar en el lugar de trabajo. A través de la mediación, podemos fomentar las relaciones para facilitar la integración y la convivencia entre diferentes generaciones de miembros de la familia, que permita la continuidad del proyecto de la empresa familiar.

Jorge Miralles

Mediador empresarial

Socio fundador de Acordia Mediación

sábado, 4 de abril de 2020

COMO EVITAR QUE LA COMUNICACIÓN “ONLINE” TERMINE EN CONFLICTO

La #pandemia de #COVID-19 ha reducido las reuniones cara a cara, el contacto físico, las comidas compartidas y las largas reuniones. Las reuniones presenciales ofrecen a través del contacto visual, el lenguaje corporal y el tono de voz, claves no verbales y verbales que facilitan la comprensión y facilitan la relaciones. Pero en las circunstancias actuales, la #comunicación en persona ya no es una opción. 

Sin embargo, eso no significa que las relaciones no puedan continuar. Gracias a los múltiples sistemas de comunicación que desde hace tiempo tenemos disponibles, desde las “tradicionales” llamadas telefónicas hasta videoconferencias, pasando por correos electrónicos y mensajes de texto, podemos seguir manteniendo nuestras relaciones personales y profesionales, solo que conviene no olvidar el nuevo escenario en que nos movemos, si no queremos tener problemas, ahora éstos sistemas de comunicación a distancia,  cobran un mayor protagonismo porque será el único medio para relacionarnos.
Tenemos que luchar por mantener a flote nuestra actividad, en medio de las dificultades económicas. La mayoría de los asuntos se pueden tratar a distancia.

Teniendo en cuenta que esta situación no sabemos por cuánto tiempo durará, pero si sabemos que es temporal, es probable que sea conveniente retrasar, al menos en un primer momento, las conversaciones que puedan ser más complejas. Pero hay que continuar y, si podemos, tenemos que luchar por mantener a flote nuestra actividad, en medio de las dificultades económicas. La mayoría de los asuntos se pueden tratar a distancia.

Ante la gran variedad de medios que antes enunciamos, ¿Cuál elegir? Al principio de un contacto o negociación, para establecer una buena relación, evaluar el interés de la otra parte sobre nuestras propuestas o su disposición de llegar a un acuerdo, una videoconferencia nos puede facilitar esta información, siempre y cuando al igual que en las reuniones presenciales, tengamos en cuenta que las personas nos diferenciamos en nuestros estilos de comunicación. Unos preferimos ir directamente al asunto, sin preámbulos. Otros necesitamos mucho contexto. Unos preferimos que nos den indicaciones concretas, otros que sean genéricas y nos dejen libertad para actuar.

Tenemos que ser conscientes que la videoconferencia no es igual de fluida que una conversación cara a cara. Es posible que perdamos parte del lenguaje corporal vital cuando se está luchando con una imagen pixelada o con problemas de conexión. En ocasiones los problemas vienen por la forma en que nos comunicamos y muy especialmente cuando el tema de la conversación despierta nuestras emociones o/y las de nuestros interlocutores. En todos los casos, si no queremos que la conferencia termine en fracaso, tendremos que recurrir a nuestra habilidad para expresar opiniones o puntos de vistas que nos permita gestionar las diferencias y las dificultades técnicas, de tal forma que resolvamos los problemas de una manera productiva y enriquecedora.

Cada vez que te sientas irritado o confundido por un intercambio de información, levanta el teléfono para resolver las cosas, olvídate del correo electrónico y mensajes rápidos.

Una vez iniciado el proceso, los correos electrónicos pueden ser las mejores herramientas para intercambiar propuestas detalladas y documentos. ¿Tienes una idea rápida para compartir? Un SMS o WhatsApp nos facilita la vida. ¡Pero ojo!, cada vez que te sientas irritado o confundido por un intercambio de información, levanta el teléfono para resolver las cosas, olvídate del correo electrónico y mensajes rápidos.

Debido a que los correos electrónicos y los mensajes de texto carecen de señales verbales y visuales, pueden malinterpretarse fácilmente. Cuando nos llega un mensaje por correo electrónico o mensaje de texto, recibimos sólo un conjunto de palabras y aunque los “emojis” pueden ayudar, somos nosotros quienes le atribuimos las emociones. Un mismo correo puede ser interpretado de dos formas opuestas dependiendo de quién es la persona que lo lee. En función de nuestro estado de ánimo, prejuicios y experiencias pasadas nosotros le ponemos la emoción al mensaje. Muchas veces estas emociones no coinciden con la verdadera intención del emisor.

En este momento de incertidumbre y ansiedad, los malentendidos y los conflictos pueden ser más probables, sin embargo, al mismo tiempo, WhatsApp o correos electrónicos, nos ofrecen la oportunidad, si dejamos un espacio de tiempo y reconducimos la presión del momento, a reflexionar sobre nuestras respuestas, y evitar que los mensajes cruzados provoquen una escalada del desacuerdo.

En mi experiencia como mediador ante una  disputa en plena escalada,  en más de una ocasión hemos tenido que solicitar a las personas inmersas en el conflicto, que renunciasen a utilizar la vía WhatsApp o correo electrónico para comunicarse, como primera medida para acotar la espiral de tensión, que impedía  avanzar en la búsqueda de una solución.

Después de que el coronavirus siga su curso y se levanten las restricciones de distanciamiento social, podremos reunirnos nuevamente y darnos la mano una vez más. Habremos experimentado la facilidad y el ahorro de costos de la comunicación en línea, pero aunque sabemos por experiencia y por estudios como la investigación realizada por Jennifer D. Parlamis y Daniel R Ames (2010) “Negotiations: A Comparison of Emotions, Perceptions and Outcomes”, que nos confirman que con las relaciones presenciales se alcanzan mejores resultados que haciéndolo en línea, no será óbice para que los medios telemáticos pasen a formar parte definitivamente de nuestro habitual medio de comunicación.

La formación en “soft skills” relacionadas con la comunicación en general y en especial en medios telemáticos, que cada día van a tener un papel más importante, nos va a facilitar convertir lo que podría ser una barrera en la comunicación y una fuente de conflictos, en una oportunidad para mejorar nuestras relaciones. 

Sin embargo, no se puede sustituir la comunicación directa, por solo contactos virtuales

Recapitulemos pues. Comunicarse con otras personas es una necesidad fundamental en la vida privada y en el trabajo, y la Comunicación Digital ya es una realidad que ha venido para quedarse, que está llamada a convertirse en el eje vertebral de las organizaciones para la comunicación entre empleados, directivos, colaboradores (actuales y futuros). Sin embargo, no se puede sustituir la comunicación directa, con el lenguaje verbal y extraverbal que ello implica, por contactos virtuales, que están plagados de malentendidos. Ambos tipos de comunicación pueden ser complementarios, pero no sustituibles, aprovechemos lo mejor de cada uno, porque conectarse digitalmente, no es, en modo alguno, equivalente a conseguir comunicarse.

La comunicación online no es un asunto menor, ya que puede determinar el éxito o fracaso de una relación, según se gestione y utilice este medio de comunicación. Cuando comprobemos que, por unas razones u otras, nuestra comunicación se está complicando, los mensajes suben de tono y estamos llegando a punto de suspender la relación, que suele ser uno de los efectos más habituales cuando estalla un conflicto, pensemos que quizás es el momento de acudir a un mediador profesional, que vía OnlIne o/y presencialmente (cuando podamos), nos ayuden a salir del bloqueo y faciliten la búsqueda de un buen acuerdo.

Jorge Miralles Andress
Mediador Empresarial, socio fundador de Acordia Mediación

#JuntosSaldremosAdelante #YoMeQuedoEnCasa #mediación #negociación #miempresaAcuerda