Con motivo del
#XXIICongresoEF organizado por el Intituto de Empresa Familiar (IEF), me
gustaría compartir una reflexión sobre un aspecto que me parece importante para
la continuidad de las familias empresarias.
“Si te enfadas en la empresa con tu padre y después tenéis que comer juntos no vais a estar cómodos, o si tienes una rivalidad histórica con tu hermano y después tenéis que trabajar juntos… Y si eso no se gestiona bien, por bueno que sea el negocio, puede acabar con él”.
Estas situaciones suceden en
la mayoría de las familias empresarias, es natural. Lo importante es saber que
estas cuestiones se van a presentar inevitablemente y que pueden generar una
serie de situaciones que pueden ser conflictivas.
En estas circunstancias la
mediación es la mejor alternativa para resolver disputas de negocios familiares
porque realizamos un enfoque orientado a crear soluciones aceptables para todas
las partes, sin perder de vista las relaciones futuras. En un negocio
familiar, a menudo las partes no pueden simplemente tomar distancia del
negocio, son altamente interdependientes, comparten experiencias y ADN, todo lo
cual crea la cultura familiar única, que hay que tener en cuenta.
Las relaciones familiares
tienen historias largas, profundas y emocionales. Cuando surge un
conflicto, la confianza es a
menudo la "primera víctima", a medida que los conflictos aumentan, la
confianza disminuye y la desconfianza aumenta. Uno de nuestros primeros
objetivos cuando iniciamos un proceso de mediación, es crear un espacio seguro donde
se puedan expresar las emociones que ayuden a avanzar en el proceso de
resolución de conflictos.
Es importante destacar que,
una vez creado ese espacio de confianza, nuestro propósito es facilitar una
"resolución de problemas de manera colaborativa e integradora”, pero,
sobre todo, y esto es importante para las familias empresarias, de forma confidencial.
Todos conocemos que un
Protocolo de Empresa Familiar es una eficaz herramienta para establecer unas
normas claras que faciliten la convivencia presente y futura, pero este Acuerdo debe estar bien cimentado sobre las cuestiones
críticas que preocupan a la familia empresaria, debe disponer de canales de
comunicación que faciliten la convivencia entre la empresa y la familia, y
establecer un mecanismo que se active cuando surjan desacuerdos o disputas.
Como podemos anticipar que los conflictos pueden surgir, es una buena solución,
incluir una cláusula de resolución de conflictos, donde se acuerde acudir a
mediación, como paso previo al inicio de cualquier acción judicial.
En definitiva, nuestra
experiencia nos confirma que las familias empresarias que recurren a la ayuda
de un mediador, consiguen mantener unida la familia y fortalecen el negocio", gracias a la mejora
que se produce en la comunicación, desarrollando la implicación de todas las
partes y ayudando a preservar los importantes vínculos "biogenéticos"
familiares.
Jorge Miralles Andress
Mediador empresarial
Socio cofundador de Acordia
Mediación