(Artículo publicado en la revista DIRIGIR PERSONAS, Abril 2017)
Seis
de cada diez trabajadores renunciarían hoy a tener un mejor sueldo, a cambio de
ser más felices en su puesto, según la VI encuesta "La felicidad en el
trabajo" realizada por Adecco. Este informe revela que los aspectos mejor
valorados a la hora de conseguir esa felicidad laboral son disfrutar de un buen
ambiente de trabajo (con 8,38 puntos sobre 10) y disfrutar de un horario que
permita conciliar trabajo y vida personal (8,24 puntos)
La
conciliación de la vida familiar con la vida laboral y personal es por lo tanto
una necesidad fundamental contrastada, tanto para los trabajadores como para
las empresas, ahora la cuestión es cómo lograrlo.
La
experiencia en la implantación de medidas de conciliación en las empresas nos
muestra una serie de dificultades o
barreras:
•
La cultura tradicional de la empresa, en
ocasiones las medidas de conciliación no son acogidas por igual por los
miembros y componentes de las empresas. Nos encontramos con resistencias al
cambio, a nuevas formas de gestión y organización en el trabajo.
•
Los prejuicios y estereotipos de
diversa índole, por razón de sexo, raza, edad, situación personal, también
pueden suponer barreras a la hora de implantar medidas conciliatorias.
• La
flexibilidad y confianza en la organización del trabajo, la
necesidad o no de mayor o menor presencialismo, ¿es síntoma de mayor o
menor dedicación? ¿podemos atender a las necesidades de la empresa y cumplir
con las responsabilidades de nuestro puesto de trabajo de una manera flexible?
Cuando
se superan estas y otras barreras, se producen “beneficios para todos” dado que los trabajadores al alcanzar el equilibrio entre su vida laboral
y personal están más satisfechos y más dispuestos a comprometerse en favor de
su empresa, al mismo tiempo que sus niveles de productividad aumentan.
Aun
estableciendo las empresas medidas o planes de conciliación, acorde con sus
necesidades en términos de: momento, actividad, edad y situación personal de la
plantilla, vemos que surgen dificultades en el camino. En esos momentos de
bloqueo, la mediación como proceso
dirigido por un facilitador externo imparcial y ajeno al problema, sirve de
coadyuvante, permitiendo que se generen opciones y una salida al problema.
“En
ocasiones tratar de encontrar una única solución no resuelve el problema, suele
ser necesario contemplar varias opciones y soluciones.”
El
proceso facilitador a través de la mediación, refuerza aspectos tan importantes
para el desarrollo del capital humano en toda empresa como: el buen liderazgo y
la mejora de la comunicación.
Estos
aspectos que son necesarios para llevar a cabo e implantar medidas de
conciliación realmente viables, son claves, y la mediación al trabajarlos adecuadamente,
devengaran entre otras ventajas:
•
Canalizar las diferencias,
evitando que escalen los conflictos. Las diferencias se pueden producir entre
la empresa y el empleado, y/o entre los propios componentes de los equipos.
•
Generar
cuantas opciones sean
necesarias lo que facilita llegar a acuerdos de una manera más rápida y
eficaz en cuanto a medidas y continuidad del Plan de Conciliación en la
empresa.
•
Adoptar medidas que satisfagan intereses de todas las partes
•
Propiciar
un buen clima laboral, incrementando la satisfacción del empleado y de la
empresa.
•
Mejora
la imagen corporativa con todos sus grupos de interés.
La mediación
como herramienta facilitadora cobra una importancia fundamental en esta
etapa del proceso de cambio. En la implantación de las políticas de
conciliación, la compañía tiene que elegir qué medidas se ajustan mejor a
su realidad, su negocio y su estructura, revisar su implantación y tomar
acciones correctivas, pero cuando se trata de los elementos que condicionan el
éxito de un programa de conciliación, la mediación puede ser la herramienta
facilitadora en la gestión de los RR.HH.
Maria Luisa Sanz & Jorge Miralles
Socios en Acordia Mediación
#miempresaAcuerda